La omnipresencia de los smartphones allá donde uno mire es un hecho innegables en la sociedad actual, habiendo experimentado estos un enorme éxito en los años recientes gracias a las grandes mejoras en el sector de las telecomunicaciones, la bajada de sus precios y la mayor polivalencia de los mismos. El número de acciones que uno puede realizar a día de hoy con su dispositivo móvil es, en resumidas cuentas, mayor que nunca.
Entre esas muchas posibilidades que ofrecen, se encuentra en un puesto cada vez más destacado la cámara y las capacidades fotográficas que esta aporta al conjunto del dispositivo, siendo un punto en el que los fabricantes hacen hincapié con notoria vehemencia. Gran angular, zoom, HDR o modo de disparo nocturno, entre otros, son opciones que han ido acercando progresivamente una calidad de imagen de primer nivel al gran público, que ahora cuenta en su bolsillo con una potente herramienta.
El modo manual, un gran aliado
Ante estas nuevas opciones surgen dudas de todo tipo, desde cuáles son los smartphones con mejor calidad fotográfica hasta cómo usar modo manual de la cámara con tu trípode, algo que se ha convertido en una acción muy común.
Es especialmente en el último de los aspectos en el que es necesario comenzar a hacer más hincapié, dado que usar modo manual cámara del móvil abre un nuevo horizonte de posibilidades y eleva el nivel de lo que uno puede obtener a través del dispositivo que lleva siempre en su bolsillo. Mediante el retoque de los ajustes y el aprovechamiento de las opciones que incluye el propio terminal, la calidad de los resultados supone un antes y un después.
Cómo aprovechar el modo manual
El modo manual es una opción que se encuentra, generalmente, presente en la mayoría de los smartphones de la actualidad y al cual se puede acceder a través de la opción de ajustes en la aplicación de la cámara. Una vez activado, diferentes parámetros comenzarán a mostrarse en la pantalla y podrán ser utilizados por el usuario para que imagen resultante de una toma se enmarque de manera perfecta a lo que uno busca.
Es especialmente útil si uno hace uso de un trípode, por ejemplo, ya que se pueden controlar parámetros como la exposición, algo que requiere que el dispositivo esté lo más quieto posible. Ajustándola, uno puede conseguir que el dispositivo tome diversas fotos de manera constante durante unos determinados segundos para, posteriormente, fusionarlas y obtener una toma más rica en contraste y luminosidad.
De igual modo, se puede acceder al control del ISO, la sensibilidad del sensor. El objetivo es similar, pues nos permite ajustar la cantidad de luz que recoge el terminal para que el resultado pueda ser mejor en condiciones adversas (por ejemplo, en una toma nocturna o con pobre luminosidad). Ambos son parámetros que el teléfono no activa de manera automática en modo manual dada su complejidad pero que, en las situaciones correctas, suponen una diferencia abismal, especialmete haciendo uso de un trípode.
Los modos predeterminados son un gran aliado
Con cada vez más frecuencia, los smartphones disponen de diferentes modos que vienen configurados y que traen algunas de las características del modo manual bajo un uso simplificado y más amigable para el público no experto. Es el caso del modo de disparo nocturno o modo noche, que juega con el citado tiempo de exposición y la sensibilidad del sensor para añadir más luminosidad a la imagen.
En los últimos modelos, incluso, el teléfono móvil es capaz de detectar por sí solo si se está haciendo uso de un trípode o no, ajustando automáticamente los segundos que puede permanecer tomando una imagen. En el caso de no estar utilizando uno, el total será menor, ya que si uno sujeta un smartphone con sus manos nunca va a conseguir que esté completamente quiero; si se tiene trípode, se podrá configurar con más segundos porque no habrá movimiento alguno que pueda distorsionar la captura.
Otros modos muy útiles y no tan utilizados, aunque de fácil acceso, son el HDR y el timelapse, que ganan adeptos por momentos.
El primero de ellos permite mejorar el rango dinámico de una fotografía tomando varias a la vez y evitando situaciones en las que el cielo quede completamente blanco en una puesta de sol por exceso de luminosidad o en las que una bombilla deslumbra el conjunto la escena, por ejemplo. El segundo consigue crear clips de vídeo tomando fotos de manera repetida y seguida durante el espacio de tiempo que se le marque, generando animaciones singulares y atractivas.
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